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Pese a la gran confusión existente en los anuncios de empleo en los que se solicita un redactor para un puesto de copywriter (o viceversa), la realidad es que no son lo mismo y el puesto difiere bastante.

Tanto uno como otro realiza trabajos de investigación y finalmente redacción y es esto, quizás, lo que genera la confusión.

Pero lo cierto es que aunque ambos investigan y redactan, cada uno trabaja con un fin distinto.

Un redactor se dedica a escribir para informar sobre hechos noticiosos o de actualidad mientras que un copywriter redacta pero con el objetivo de lograr conversiones.

Esto es, conseguir mayores 'ventas' de un producto en concreto, que bien puede ser, por ejemplo, aumentar las suscripciones a la newsletter de un periódico.

Y de esta diferencia también se extrae que mientras un redactor se dedica a generar y nutrir de contenidos un blog o periódico cuya realidad está en constante cambio, el área de actuación del copywriter se limita a crear contenido para lugares de texto inmóvil durante un largo periodo de tiempo tales como el apartado de contacto de una web, las llamadas de la home, el mail de las newsletters...

Es decir, si bien un redactor es el alma indiscutible de los contenidos de cualquier redacción para buscar la atención del lector, un copywriter es el alma de un buen plan de marketing que busca la acción de ese lector.

SEO y psicología

Otra de las cuestiones que distancia a un trabajador de otro es la que tiene que ver con la optimización de los textos.

Un redactor digital, a día de hoy, ha de saber de SEO para lograr que sus artículos generen el mayor interés para el público pero también para los buscadores de Google.

Se trata de escalar dentro del ranking de aparaciones del buscador lo más alto posible.

El copywriter, si lo emplea, es perfecto, pero no está obligado a ello porque sus textos no lo requieren.

No obstante, sí ha de saber jugar con la psicología de la audiencia. Saber qué decir y cómo hacerlo para lograr captar esa acción del lector y conseguir su objetivo.

De hecho, se dedican a estudiar la psique humana y 'atacar' con palabras en los llamados puntos de dolor -donde creen que las personas más lo necesitan-.

En cualquier caso, claro que un copywriter puede escribir textos al igual que un redactor, pero el tono a emplear difiere del utilizado por un periodista.

Ambos deben de basar sus textos en la verdad pero ordenan la información de forma distinta.

El redactor suele utilizar la fórmula de la famosa pirámide invertida para responder a las 5 W (What, Who, When, Where, Why) y de esta forma transmitir un mensaje eficaz al lector.

El copywriter, por su parte, juega con la creatividad no sólo en el mensaje sino en cómo lo redacta mediante frases sueltas que llaman la atención, el uso de alguna mayúscula o el empleo de otro tipo de fórmulas de redacción como la PAS (Problema-Agitación-Solución) o la AIDA (Atención- Interés-Deseo-Acción), entre otras, para obtener esa eficacia.

Por ello, sus textos son más libres y creativos que los de un redactor que rara vez puede salirse de los géneros propios del periodismo: noticia, crónica, reportaje, entrevista, columna y editorial.

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