La publicidad tradicional ya no funciona. Como usuario te habrás encontrado a ti mismo en muchas ocasiones rechazando llamadas de empresas que quieren venderte un producto, tirando los panfletos que te ofrecen por la calle o dándole directamente a la X de la ventanita de publicidad que, de repente, emerge de la nada mientras navegas por Internet.
Estamos cansados de tantos mensajes publicitarios que nos llegan a todas horas y por decenas de canales y, por ello, las empresas dedicadas a vender negocios han tenido que reinventarse.
En esta reflexión entra el inbound marketing (o mercadotecnia de atracción) que lo que busca es atraer al cliente que aún no conoce tu negocio, convertirlo en visitante y lograr fidelizarlo sin ser intrusivo.
Se trata de no perseguir al consumidor sino que sea él quien se sienta atraído por ti y que, una vez te haya conocido, acabe convirtiéndose en usuario habitual de tu marca.
¿Cómo lograrlo?
Es imprescindible una estrategia global que combine de forma integrada todas las herramientas existentes de marketing: posicionamiento SEO, redes sociales, creación de contenidos, e-mail marketing y generación de leads (o lo que es lo mismo, nuevos clientes reales).
Una vez teniendo esto claro, las claves son tres:
- Crear un contenido idóneo dirigido a tu cliente potencial: elaborar un estudio real de tu público objetivo y personalizar dicho contenido según su edad, sexo, preferencias… Este contenido debe ser original y atractivo.
- Posicionar bien ese contenido: realizar un estudio de las palabras clave que debemos de emplear en ese contenido para lograr aparecer en las primeras posiciones de los buscadores pensando siempre en las personas que van a emplear esas palabras para buscar tu producto.
- Lanzarlo en el momento más adecuado: el objetivo es no invadir sino distribuir ese contenido generado en el momento y canales más adecuados: redes sociales, newsletters, notas de prensa...
En definitiva, se trata de una metodología recurrente ya en las estrategias de marketing de miles de empresas pero poco explotada por los medios de comunicación.
Sin embargo, es un hecho que con un buen equipo detrás puede convertirse en una gran aliada a la hora de conseguir más lectores y que estos se conviertan en seguidores de sus redes sociales y suscriptores de sus newsletters.
Un ejemplo muy simple podría ser el de un periódico digital económico que busque ampliar su número de visitantes recurrentes. Haciendo un estudio de su audiencia y observando que su objetivo es un público joven, puede crear ciertas informaciones sobre temas de actualidad que no estén del todo claros (como qué son la blockchain o las criptomonedas) y hacerlo con vídeos, por ejemplo, siendo éste un formato ágil y fácilmente viral, para que sirvan de gancho y aquel que no haya entrado nunca a ese periódico se sienta atraído por dicha información y, a su vez, la comparta.
De esta forma, este periódico económico incrementaría el número de visitantes, mejoraría su reputación y posicionamiento en los buscadores y, en consecuencia, lograría un mayor número de usuarios verdaderamente interesados en él que acabarían siendo fieles.