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La irrupción de las redes sociales, los constantes avances tecnológicos, el retroceso del papel frente a lo digital y la evolución de la sociedad a la hora de informarse y participar en los debates activos de la actualidad han provocado que las empresas de comunicación hayan tenido y estén teniendo que amoldarse a los nuevos tiempos para seguir ofreciendo la respuesta que su cliente busca.

¿Pero por dónde empezar y cómo?

La clave es contar con un buen director de comunicación o también llamado dircom.

El dircom como ‘hombre orquesta’

De todos es sabido que para que un grupo de músicos realice un concierto excelente necesita de un líder que le guíe a través de la partitura y dé paso a los violines, pare a los trombones y abra, cuando corresponda, la veda a los clarinetes y tambores, por poner un ejemplo.

El dircom es lo más parecido a un director de orquesta. Es la pieza clave en la cohesión de una empresa ya que su labor es fundamental en tres áreas:

  1. La política comunicativa definiendo la estrategia de comunicación a seguir no sólo de cara al exterior, creando un flujo constante en redes sociales y con los medios de comunicación, sino también de manera interna.
  2. Las relaciones públicas, ejerciendo un papel de intermediario o mediador con los poderes políticos, económicos y sociales.
  3. La mercadotecnia y publicidad, donde el objetivo será gestionar, proteger y potenciar la marca para la que trabaja.

Para logarlo es fundamental que esté totalmente integrado en cada área de la entidad y “mantenga un vínculo muy estrecho con la alta dirección de la empresa”, asegura el experto y dircom de la Federación Provincial de Empresas del Metal y Nuevas Tecnologías de Santa Cruz de Tenerife (Femete), Juan Carlos Ramos.

Incluso, es aconsejable que “tenga voz y voto en las principales decisiones que adopte la organización”, apunta.

Cuanta más información maneje acerca de la empresa, mayor será su eficacia a la hora de definir la estrategia a seguir en cada situación y mejor será su modus operandi cuando deba de responder a momentos de crisis.

No en vano “los valores éticos del respeto, la honradez y la honestidad deben ser los pilares de cualquier estrategia de comunicación” con el fin de convertir a la empresa en una marca fiable asegurando su reputación, afirma Ramos.

Retos del dircom

Los retos del dircom han evolucionado mucho. Ya no sólo hay que construir y fortalecer o mantener la reputación de la marca.

La interconectividad ha propiciado que haya muchas más posibilidades de escuchar a los llamados stakeholders (‘interesados’ o ‘grupos de interés’) y esa posibilidad se ha convertido en una necesidad para lograr que el producto se venda bien.

En este aspecto, la función del dircom es vital. Entre sus objetivos diarios estará el impulsar el diálogo y la interacción entre todos los agentes.

Pero, además, tendrá que “mantenerse alerta para formarse y reciclarse continuamente”, explica Ramos.

Saber cuáles son las tendencias en comunicación de cara al futuro, conocer la evolución de las redes sociales y cuáles son las nuevas tecnologías del mercado en su sector es fundamental para no quedarse atrás.

Asimismo, deberá de facilitar la comunicación interna para que los empleados se sientan parte de la empresa. De este modo, logrará que en ella todo fluya y se produzca mejor, desarrollando nuevos talentos.

La Asociación de Directivos de Comunicación, en su estudio Estado de la Comunicación en España, añade que otro de los retos del dircom para este 2019 va a ser “incluir el uso del Big Data y los algoritmos para la comunicación”, es decir, el uso de la inteligencia artificial e impulsar la creación de grandes “contenidos de calidad” que diferencien tu empresa con las del sector.

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